La federación Andalucía Acoge nace en 1991 para dar una respuesta más eficaz al fenómeno de la inmigración. La labor de nuestra federación tiene como principal objetivo fomentar una sociedad plural que favorezca la inclusión, la no discriminación, la cobertura de derechos y la equidad de oportunidades. Ante los muros tenemos que encargarnos de construir puentes de convivencia entre todas las culturas para que así podamos vivir en valores de diversidad e interculturalidad.
Los enlaces para las redes sociales de la federación son:
“Si seguimos tratando las migraciones como un problema coyuntural, fracasaremos una y otra vez”
Mientras Europa endurece fronteras y convierte el derecho a migrar en un privilegio inalcanzable, desde el continente africano se alzan voces que desmienten el relato hegemónico. En este artículo recogemos las reflexiones de José Naranjo y Boubacar Sèye, dos referentes que desarman los mitos sobre la migración desde África en el seminario on line que se ofreció la semana pasada desde Andalucía Acoge
Área de Incidencia y Comunicación de Andalucía Acoge
0
¿Y si dejáramos de hablar sobre África y empezáramos a escucharla? En un contexto saturado de discursos que criminalizan la migración y blindan las fronteras, el seminario “Voces desde África sobre la migración hacia Canarias”[1] fue una bocanada de verdad. Dos voces clave desde el continente —el periodista José Naranjo y el activista Boubacar Sèye— pusieron sobre la mesa lo que muchos prefieren ignorar: que la migración no es una anomalía, sino una respuesta lógica a un sistema que expulsa, saquea y luego se escandaliza. Boubacar lo dijo claro: la migración desde África no es un fenómeno espontáneo, ni nuevo, ni marginal, ni una “moda juvenil”. Es estructural, colectiva y, a menudo, la única alternativa. La pobreza crónica, el desempleo sistémico, el expolio pesquero, la corrupción, la desigualdad y un modelo económico global profundamente colonial... Todo eso está ahí, cocinando el contexto. Pero lo que en Europa se llama “crisis” no es más que el resultado de décadas (o siglos) de decisiones políticas. Y además se les pide que no se muevan. Que no sueñen. Que no huyan.
En Senegal, migrar no es un acto individual. Es una estrategia colectiva, un proyecto familiar. A veces incluso un mandato social: “Ve, y manda algo”. Naranjo recordó que quien logra llegar, aunque sea jugándose la vida en una patera, se convierte en héroe local. Y no se trata solo de dinero. Es estatus. Es reconocimiento. Es la única escalera en un sistema sin ascensores. Mientras tanto, Europa se blinda. Se invierte más en drones, concertinas y vigilancia costera que en cooperación real. Se externaliza la violencia. Se subcontratan fronteras. Se criminaliza a quienes migran… y se lucran quienes les impiden hacerlo. ¿El resultado? Más de 10.000 personas murieron en 2024 en su intento de llegar a España, según datos de Walking Borders. Una cifra que debería sacudir y cuestionar seriamente las políticas actuales.
Internet llegó. Las redes también. Y con ellas, la certeza: el mundo es desigual, pero está conectado. Jóvenes con título universitario, con ideas, con sueños... que ven como una salida subirse a una barca. África es joven —más del 60% de la población tiene menos de 24 años—, pero sus gobiernos no los escuchan, y Europa les cierra la puerta en la cara. Mientras tanto, se hacen colas kilométricas frente a consulados para conseguir un visado que rara vez llega.
El seminario también abordó la creciente presencia de mujeres en los procesos migratorios. Aunque las rutas siguen siendo extremadamente peligrosas, cada vez más mujeres deciden partir, empujadas por el empobrecimiento estructural, la falta de oportunidades y la presión social. La llamada “feminización de la migración” no es solo una tendencia: es una evidencia del agotamiento de un modelo que no ofrece espacio para la autonomía femenina. Y la parte más delicada llegó al final: los niños y niñas que llegan solos, que desaparecen del sistema o que sobreviven en centros masificados sin los cuidados que requieren. “Si queremos medir nuestra civilización, empecemos por cómo tratamos a quienes más nos necesitan”, dijo Naranjo. Silencio incómodo. Porque es verdad.
¿Queremos evitar muertes en el mar? Pues dejemos de empujar a la gente al mar. Abramos vías legales reales. Dejemos de convertir la migración en moneda de cambio política y en terreno de confrontación partidista. Invirtamos en vida, no en represión. Y, sobre todo, escuchemos. Porque desde África están hablando. Y lo están haciendo alto y claro. Este seminario nos lanza una propuesta: dejar de hablar de África como si fuera un problema, y empezar a construir con África soluciones basadas en justicia, derechos y dignidad. Podría conseguirse. Podríamos empezar dejando de mirar hacia otro lado.
La federación Andalucía Acoge nace en 1991 para dar una respuesta más eficaz al fenómeno de la inmigración. La labor de nuestra federación tiene como principal objetivo fomentar una sociedad plural que favorezca la inclusión, la no discriminación, la cobertura de derechos y la equidad de oportunidades. Ante los muros tenemos que encargarnos de construir puentes de convivencia entre todas las culturas para que así podamos vivir en valores de diversidad e interculturalidad.
Los enlaces para las redes sociales de la federación son:
0